Gran satisfacción y muchísima alegría fue, ayer jueves día 2 de agosto, el recibir en el Centro Cultural de Ponteceso, la visita prevista y añorada desde hacía tiempo prometida, al Museo Etnolúdico de Galicia (MELGA) de nuestros amigos de Cataluña Víctor Baroja, presidente de la Federación Catalana de Juegos Tradicionales y de la Asociación Compañía de Juegos la Anónima y compañero profesor de la Universidad de Vic y de su esposa Lourdes Rufat maestra de infantil y primaria, y especialista en juegos y deporte tradicionales en edad escolar.
Durante toda la mañana, más de cuatro horas de recorrido por las salas expositivas del museo, el director del museo, realizó con ellos una visita guiada en profundidad, pues los invitados así lo requerían, pues son técnicos en la materia, “bombardeándole” con preguntas y aclaraciones pertinentes sobre el mundo del juegos y deporte tradicional gallego, tan cercano y al mismo tiempo tan lejano entre ambas comunidades. La sesión transcurrió con un intercambio de experiencias mutuas, posibles colaboraciones, trabajos de investigación conjunta, etc… en resumen, una trasmisión de conocimientos sobre la evolución histórica de los juegos y deportes tradicionales en la vida de la persona humana y al mismo tiempo, Victor y Lourdes no dejaron de practicar, haciendo su “bautismo lúdico”, con muchos de los juegos tradicionales gallegos, que algunos para ellos les eran desconocidos.
Finalmente, ya en sesión vespertina, acompañamos a Lourdes y Víctor, por los alrededores de la villa de Ponteceso para que conocieran la Casa de Eduardo Pondal, el Monte Blanco, la playa de Balarés, Corme, etc.) y por descontado, saborearon los sabores tan exquisitos que nuestra tierra nos ofrece. ¡Un día de verano inolvidable!
Después de la velada tan fructífera y enriquecedora, los ilustres colegas firmaron en el Libro de Oro del MELGA, dejándonos estas entrañables palabras:
“No hay mejor manera de conocer a un pueblo sino a partir de sus juguetes, sus diversiones, su manera de entretenerse. El MELGA nos hace entender y querer a una tierra, la gallega y Ricardo nos hace querer a sus gentes. Vayamos donde vayamos siempre nos llevaremos un muy mucho de Galicia y un muy mucho de sus habitantes. Juguemos, ahora y siempre y sobretodo aprendamos la lección del MELGA: humildad, sencillez, pasión y amor. Siempre llevaremos por el mundo esta joya museística, ¡medalla de oro al juego¡, tu insustituible labor y maestría”
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