Ayer jueves día 14 del presente mes de febrero, un grupo de cerca de 20 personas, visitaron el MELGA de Ponteceso en jornada matinal. La visita fue muy especial y sorprendente ya que los componentes del grupo correspondían al cuerpo de sacerdotes (curas, párrocos y capellanes) de la Iglesia Católica, todos ellos pertenecientes a las municipios de la Costa de la Muerte.
Dichos miembros, tuvieron la amabilidad de acercarse a nuestras instalaciones museísticas, después de hacer un alto en el camino en sus actividades cristianas y parroquiales. Nos acompañaron don Jesús Antonio Bello párroco de Artes y Verdillo; don Fernando Pérez de Pazos, Tallo, Langueirón, Corme Aldea, Esto, Tella y Anllóns; don José García cura de Carballo; don Manuel García, cura de Buño; don Manuel Boullón cura de Laracha; Jesús Bello cura de Verdillo; don Ramón Pereira, capellán de Fonteboa; don Jesús Antelo cura de Cances, Razo, Bértoa y Oza; don José Cambón párroco de Agualada; don Jesús Alvite párroco de Rus y Anxeriz; don Jacinto Collazo cura de Larín-Arteixo y don Isolino Esmorís cura de Montemaior. Todos ellos habían sido convocados para dicha visita guiada, por el párroco de Ponteceso don José Manuel Varela que se convertía en el anfitrión de la jornada lúdico-cultural. Las edades de los ilustres visitantes estaban en la franja de los 50 años los más jóvenes y 85 los más veteranos.
A excepción del organizador don José Manuel Varela de Ponteceso ninguno de los sacerdotes allí presentes había estado en el museo, causándoles una gran sorpresa y admiración por el hecho de contar en Ponteceso con un museo de esta categoría. El director del museo hizo un breve repaso de los juegos religiosos (que hoy aparecen en nuestra cultura), que crearon miembros de la Iglesia Católica (también la protestante, anglicana, hinduista, budista,…) a través de la historia universal, sus lugares de actuación (atrios), prohibiciones, reglamentos de juegos, fiestas patronales, etc…además de invitarles a realizar algunas prácticas de juegos gallegos conocidos algunos olvidados y otros desconocidos. El reto causó efecto de gran alegría y recuerdos.
Todos los visitantes comentaron que regresarían de nuevo al MELGA, ya que todavía no habían profundizado en el tema pero sobre todo, no dejaron de repetir que sería muy bueno e interesante asistir con todos los niñas y niñas de sus respectivas catequesis. Prometido quedó dicha actividad para próximas fechas. Una jornada muy especial y “espiritual”.
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