Las bicicletas clásicas, a pesar del mal tiempo, otro año más salieron de ruta por Ponteceso

Aunque pensamos que este año, por la ritmo de las inscripciones, podría ser el arranque definitivo de la Ruta de Bicicletas Clásicas en el ayuntamiento de Ponteceso, muchos de los participantes, debido al mal tiempo, no se arriesgaron y prefirieron guardar las bicis para el año entrante. De todas formas se llegó a la treintena de componentes que realizaron la cuarta ruta, que correspondía a este año 2017 y pertenecían a las localidades de Oleiros, Pontedeume, Ferrol, Arteixo, Soneira-Vimianzo y A Coruña. El único participante pontecesán fue Miguel Márquez que en alguna ocasión se convirtió en el guía turístico de la ruta. También hay que reseñar que en esta ocasión hemos tenido la compañía de la bloguera Ana Bares de “Bares y más lugares”   y que no dejó de apuntar todo lo visto en la jornada, para realizar, la próxima semana, un gran reportaje de la ruta, de la gastronomía, de los lugares visitados, etc… del concello de Ponteceso. Los integrantes  partieron del MELGA (Centro Cultural) a las 12,00 h. en punto, para recorrer aproximadamente unos 12 kilómetros en llano, pasando por la Trabe, Campo de la Feria, Relleno, Malecón, La Barra, El Couto/Cospindo, el Agra, Relleno, Anllóns y final de trayecto de nuevo en el MELGA. Las paradas efectuadas fueron: la Trabe, Casa de Eduardo Pondal, La Barra, Fundación  Pondal,  La Trabe y la Pesqueira.

En la Trabe, el descanso fue amplio, ya que en la cefetería “O CRUCE”, regentado por Sandra Charlin y su esposo Suso, se nos ofreció un abundante y variado “tentempié” de pinchos de la casa, para reponer las fuerzas perdidas en el paseo.  Como dato curioso comentar que Sandra, Suso, familiares y amigos, todos sin excepción, estuvieron caracterizados de época como los ruteros ciclistas, además de colaborar con la organización del evento. A continuación todos los participantes se desplazaron con sus bicicletas al restaurante “A Pesqueira”, que también colaboró en el evento, para almorzar en primer lugar una enorme y magnífica paella, rematando la faena, como todos los años, con el plato estrella de la jornada, una  abundante y sabrosísima  “callada”, preparada por el excelente chef y restaurador Pablo Blanco dueño de local hostelero.

Durante sendas interrupciones la totalidad de las bicisclásicas antiguas, estuvieron expuestas delante de los establecimientos susodichos. Muchos de las personas que se acercaron a la misma, escucharon atentamente las explicaciones que se le daban respecto a dichas “reliquias”. La bicicleta más antigua de la exposición, correspondía a una “Honor” del año 1938, que la guiaba por el participante de mayor edad (74 años) y no era otro que el director del MELGA. El de menor edad correspondía a un bebe de 6 meses que era conducido por su padre en un pequeño remolque.

Rematado el almuerzo, todos los integrantes se desplazaron al MELGA, para realizar una visita guiada al museo, dirigida por Ricardo Pérez y Verdes. Hay que constatar que muchos de los aficionados a las bicis antiguas, donaron al museo diferentes piezas para la Fundación (2 trenes eléctricos Payá, varios puzzles rompecabezas, 2 muñecas, 3 peonzas, un tirabalas, una bicicleta, etc…) que serán prontamente catalogadas y expuestas en las vitrinas del museo.

Recogido el material y cargados en los respectivos furgones, todos ponían la vista en la próxima quinta edición de la Ruta de Bicicletas Clásicas de Ponteceso del próximo año 2018, referente ya en toda Galicia, esperando que fuera más participativa, que se inscribieran más gente de Ponteceso y que sin duda fuera logrando un éxito superior a la recién finalizada. Todos a buscar en nuestros “alpendres” esas bicicletas de los abuelos que siguen olvidadas y comencemos a restaurarlas para sacarlas del olvido y exponerlas de nuevo para todos los amantes y apasionados de este transporte terrestre. ¡Adelante y nos citamos por estas fechas el año entrante. ¡Os esperamos!