Otra ciudad gallega más se une a sacar sus «históricas» a la calle en la I Ruta de Bicicletas Clásicas. En esta ocasión correspondió a la capital de Galicia, Santiago de Compostela. Al ser su primera edición la afluencia de participantes no fue numerosa ya que no sobrepasamos la quincena de «locos chalados» por esta modalidad tan especial como son las bicicletas clásicas, pero se puede considerar una cita moderadamente satisfactoria, pues con el día de calor sofocante la gente seguramente prefirió la piscina o la playa.
A las 11:00 de la mañana se nos había convocado a todos los interesados en la ruta con las bici-clásicas personales y con vestidos de época como mandan los cánones por su organizador Daniel Cendán en la Alameda de Santiago de Compostela, en el lugar emblemático de la escultura modernista de «Las Marías». Se presentaron a la convocatoria las siguientes delegaciones: Club Peña Ciclista Leboreira de Pontedeume, Ferrold Bikes, Clásicas Ponferrada y el Museo Etnolúdico de Galicia (MELGA) de Ponteceso.
La Ruta de este año se planteó como un gran homenaje a las bicicletas HONOR y HOMEN y a su fabricante compostelano Honorio Méndez Muñecas, nacido en Vedra en el año 1888. Honorino fue uno de los pioneros del ciclismo gallego, convirtiéndose en el ciclista más relevante de la época. Estas bicicletas se fabricaron en Galicia de la mano de este ilustre, allá por los años 30 antes de la Guerra Civil Española. Se retiró en 1920 como campeón gallego y a punto estuvo en participar por Chile (había emigrado a este país) en los Juegos Olímpicos de Estocolmo en 1912. Es en esta época cuando empezó a fabricar sus propias bicicletas. Para el logo de las mismas tomó el escudo de Galicia y al pie del mismo el nombre de Sant Yago. La calidad de sus bicicletas alcanzó gran popularidad entre el creciente ciclismo de competición gallego desbancando en la región a otras marcas como Orbea y BH. Después de la posguerra española se desplazó a las Vascongadas para llegar a un acuerdo con Orbea y que fuera esta la que fabricara sus bicicletas con la marca Honor. En 1970 muere y la familia cogerá las riendas del negocio hasta que en 2001 se cierra el establecimiento de una de las bicicletas más cotizadas del mundo del ciclismo. Fueron 100 años de nuestra marca de identidad y hoy conmemoramos los 121 años de su creación. El coste de las bicicletas oscilaban entre las 12 pesetas (principios de Siglo XX) y las 350 pesetas en los años 50 del mismo siglo.
El recorrido de la ruta, con salida en la Alameda, lo primero que se planteó fue ir a visitar el lugar donde se encontraba la fábrica y el comercio de las Bicicletas Honor y Homen y allí departimos una larga charla con su nieto Honorino Méndez Rodríguez que nos recibió en el mismo Edicifio Honorino en su honor, en donde reside. Todos los participantes fuimos obsequiados con pegatinas, placas, camisetas, etc…. que todavía tenía guardados desde hacía muchos años. Entre los asistentes ruteros, se encontraban cuatro bicicletas de las marcas susodichas. Dos Homen (una la de Ángel Martínez y otra la de Anselmo García) ambas de los años 30 y dos Honor (la de Xabi Pérez del año 75 y la de Daniel Cerdán de los año 70). Nuestro director Ricardo Pérez y Verdes portó una Orbea del año 38 con un cuadro de fabricación Honor.
Después del recibimiento de Honorino proseguimos la marcha por toda la Alameda, seguimos por las diferentes calles de la ciudad para finalizar la misma en el marco incomparable de la plaza del Obradoiro, con la catedral al fondo. Después de obtener unas imágenes de rigor, allí mismo, dimos por clausurada la I Ruta de Bicicletas Clásicas de Santiago de Compostela.
La sesión lúdico-festiva finalizó con un almuerzo de confraternidad en donde nuestro anfitrión Honorino Méndez siguió departiendo con todos nosotros sobre las anécdotas e historias de su abuelo y padre, aportando imágenes y documentos de la época, vueltas ciclistas, fabricación, importación, etc.… ¡Un día muy especial para una ruta muy especial!
Como anécdota de la jornada comentamos que, durante el recorrido por la Alameda, se acercó una persona llamada José Manuel Pedrosa contándonos haber pertenecido a la empresa de Honorino durante más de 28 años y volver a emocionarse enormemente al recordar aquellas nostálgicas bicicletas gallegas tan famosas y sin duda olvidadas por la mayoría de gallegos.
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