Galego
Con motivo del Puente de la Constitución, este sábado, día 7 del presente mes de diciembre, nuestro presidente y director de la Fundación y del Museo Etnolúdico de Galicia (MELGA), respectivamente, se desplazó a la provincia de Pontevedra para visitar y, al mismo tiempo, agradecer las invitaciones de las direcciones de dos acontecimientos importantes relacionados con nuestras entidades divulgativas sobre los juegos, juguetes y deportes de carácter tradicional, popular y moderno.
La primera parada fue en el Museo de Pontevedra, donde se acaba de inaugurar una exposición sobre juguetes de hojalata (aunque también hay algunos de cartón, cristal, latón, plástico, etc.), titulada “É tempo de xogar”, de la colección privada de Juan Manuel Alfaya Ocampo.
El juez gallego Juan Manuel Alfaya, natural de Redondela, está hoy en día afincado en Vigo, donde ejerce profesionalmente como Magistrado de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de la ciudad olívica.
La extraordinaria exposición, con algo más de cien piezas expuestas en la Sala Castelao, es pequeña en tamaño, pero grande en contenido. Sin lugar a dudas, es una visión histórica del mundo del juguete en España. Sus fondos superan los 700 objetos lúdicos, todos originales, creados por empresas o marcas españolas entre los años 1890 y 1960 (Rico, Payá, Seis Barral, Segarra, etc.) y por algunas marcas extranjeras como Gunthermann, Bühler, Rossignol o Matarazzo.
La exposición estará abierta hasta el 9 de febrero del próximo año 2025, aunque seguramente se prolongará algunas fechas más. Vale la pena acercarse para observar auténticas piezas de museo. No debéis dejarla pasar, ya que es una auténtica “pasada”, tanto para niños/as como para adultos. ¡Fantástica! Fue una gran pena no haber podido charlar personalmente con él, aunque sí telefónicamente, ya que en ese momento no se encontraba en condiciones óptimas de salud. Sin embargo, hemos quedado para el próximo miércoles 11, para realizar una visita guiada en su compañía.
Ya por la tarde, nos desplazamos a Cangas del Morrazo, porque a las 16:30 h. se inauguraba el MUVI o Museo del Videojuego de Galicia, un novedoso museo recién abierto. Esta visita había sido programada entre Ricardo Pérez y Verdes y los dos representantes del museo: los hermanos Jacobo Martínez, director del museo, y Galo Martínez, presidente de la Fundación MUVI, en las jornadas pasadas sobre “Museos y otros centros museísticos de Galicia”, celebradas en Santiago de Compostela en el mes de noviembre. Como la visita fue sorpresiva, ambos fundadores no se encontraban en el recinto museístico, pero, en cambio, fuimos recibidos por varios miembros del colectivo fundador del museo, quienes acompañaron a nuestro director en una extraordinaria visita guiada sobre la evolución histórica del videojuego en el mundo, España y Galicia.
En algo más de 330 metros cuadrados de exposición, se encuentran 2.260 videojuegos de ayer y hoy, unos 250 videojuegos gallegos preservados e interactivos, y 420 piezas de hardware conservadas. El MUVI relata la historia de más de 50 años de este ocio electrónico, desde sus inicios, allá por 1952, con el videojuego OXO, desarrollado por Alexander S. Douglas, hasta los años 2000, con las consolas Sony, PlayStation, Sega, Nintendo y Game Boy que todos conocemos, y que sin duda también conocen nuestros “peques”. Es un museo pequeño pero interactivo, digno de ser visitado tanto individualmente como en grupo, eso sí, con un número limitado de visitantes.
Fue una jornada muy fructífera y diferente de las que planteamos en el MELGA, pero lo importante es conocer los distintos modelos de la actividad lúdica de la persona humana, sacar lo más provechoso de todos ellos, adquirir nuevos conocimientos y experiencias, y compartir opiniones sobre nuestros trabajos, con el objetivo de formar una red de museos gallegos y colaborar en futuras actividades conjuntas.
Como era de esperar, Ricardo Pérez y Verdes invitó a todos los componentes tanto del MUVI como al comisario de la Exposición de Juguetes, a desplazarse a Ponteceso, cuando lo estimen conveniente, para devolverles con otra visita guiada la exquisita atención y amabilidad mostradas hacia nuestra delegación. Este compromiso será pronto satisfecho por ambos colegas, según confirmaron.
¡Será un honor recibirlos!
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